El juego del Anti-Monopoly

Todos conocemos el juego del Monopoly, y casi todos hemos jugado alguna vez. Para ganar, hay que acaparar el mercado, comprar todo lo posible cuanto más rápido mejor. Sobre todo hay que conseguir todas las propiedades del mismos color, y empezar a construir casas y hoteles. Una vez que lo has conseguido solo queda esperar a que un rival caiga en tu propiedad y tenga que pagar un peaje. Estos peajes pueden ser tan altos que finalmente tus rivales se verán en bancarrota, y tu (o algún rival) serás el rey del mambo, el monopolista. Sin embargo, ¿es posible jugar con otras reglas?, ¿es imprescindible que  todos se arruinen para que uno y solo uno gane el juego?. Estas son las reglas que conocemos, y parecen bastante asimilables a la economía actual. Sin embargo, no son las únicas reglas posibles.

La periodista Mary Pilon, ha escrito un revelador libro titulado: “Los monopolistas: Obsesión, furia y escándalo detrás del juego de mesa más popular del mundo” (The Monopolists: Obsession, Fury, and the Scandal behind the World’s Favorite Board Game). En el libro, Pilon, revela la auténtica intención con la que fue creado el juego del Monopoly.

Mary Pilon

Mary Pilon

El libro empieza hablando de la extraña historia de Ralph Anspach, un profesor de economía que sentía desprecio por los efectos nocivos que causaban los monopolios en el mundo real (y en concreto, el monopolio petrolífero de la OPEP). Eso le llevó a crear en 1970 un juego de mesa llamado “Anti-Monopoly”, que pretendía contraponerse con el popular “Monopoly” patentado en 1935.

Ralph Anspack

Ralph Anspack

Tras inventar el juego y durante la siguiente década, Ralph, su esposa, y sus dos hijos, (irónicamente, todos ellos jugadores habituales del Monopoly), se vieron duramente castigados por costosas demandas legales sobre los derechos de autor del juego, pues fueron denunciados por los propietarios de Monopoly, Parker Brothers, que los acusaron de haber violado la marca registrada de su juego.

Una cruenta batalla de David contra Goliat que llevó al profesor Anspach a iniciar una investigación laberíntica en busca de la historia desconocida de los verdaderos inventores del Monopoly, unas investigaciones que finalmente han sido culminadas por la periodista Mary Pilon. Esta batalla legal puso a Anspach en riesgo de perder, no sólo todos sus ahorros, sino su salud, sus amistades, su matrimonio y toda su familia, una lucha que continuó por puro idealismo.

anti-monopoly

Anti-Monopoly. Carátula del juego.

Tal y como revela Pilon en su libro, la creación original del Monopoly no es tal y como trataron de venderla los propietarios de la empresa Parker Brothers. Durante muchos años, Parker Brothers le vendieron al mundo la falacia de que “un vendedor en paro llamado Charles Darrow, fraguó la idea Monopoly de la nada”. Pero las investigaciones han revelado la verdad: la auténtica creadora del Monopoly fue una mujer, marcada por profundas ideas socialmente reformistas, llamada Lizzie Magie, que en 1904, creó un juego llamado “Juego del Propietario”(Lanslord’s Game), que sirvió de base posteriormente para la creación del Monopoly.

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Lizzie Magie

Durante toda su vida, Magie fue una ardiente defensora de las teorías del economista Henry George y concretamente de su “teoría del impuesto único”, también conocida como Georgismo.

(Wikipedia: El georgismo, comúnmente llamado así por Henry George, su más conocido teórico o geoísmo, es una filosofía política e ideología económica por la que uno es dueño de aquello que logre crear, pero todo aquello que es proporcionado por la naturaleza, sobre todo la tierra, pertenece a toda la humanidad por igual.)

Así pues, Lizzie Magie y Henry George, eran profundamente anti-monopolistas y pedían un sistema que considerara la propiedad de todo aquello que se encuentra “en la naturaleza” (principalmente la tierra) como algo común a todos los seres humanos y por lo tanto, sujeto a impuestos, mientras que todo lo que fuera producto de la invención humana, no estuviera sometido a ningún gravamen. Ellos creían que tal sistema impediría la formación de monopolios, manteniendo intactos, sin embargo, los incentivos a la propiedad privada.

Deseosa de impulsar estas reformas socioeconómicas, Magie incorporó las ideas de este impuesto en un juego de mesa. El juego, que podemos llamar el Monopoly original, se llamó «The Landslord Game».

landlordsgame

Sin embargo, el juego se podía jugar con dos conjuntos de reglas diferentes:

-Unas eran reglas anti-monopolio, en las que todos los jugadores se veían recompensados ​​cuando se creaba riqueza.

-El otro sistema de reglas era el monopolista, en el que el objetivo era crear monopolios y aplastar a los opositores (reglas del actual Monopoly).

La intención de Magie era demostrar que en su sistema de impuesto único todo el mundo ganaba, mientras que en uno basado en el capitalismo desenfrenado sólo ganaban unos pocos, que se apoderaban de todo. Sin embargo, cuando Parker Brothers adquirió los derechos del juego, eliminó el conjunto de reglas que permitían jugarlo de forma colaborativa y solo dejó las reglas que conducían a un juego competitivo basado en la acumulación de riqueza y la eliminación de la competencia, creando así, el juego de mesa más simbólico del capitalismo.

Curiosamente, décadas después, durante los juicios entre Ralph Anspach y los propietarios del Monopoly, el abogado de Anspach le preguntó a estos propietarios por qué razón, habían eliminado del juego las reglas creadas por Lizzie Magie que trataban de demostrar los beneficios del reparto de los impuestos sobre la tierra. Su respuesta, fue altamente significativa: “al menos, ahora las partidas pueden terminarse”, lo que de alguna manera significa que el sistema utópico de Magie conducía a partidas infinitas en las que se perpetuaba el éxito de todos los jugadores para siempre y en las que era prácticamente imposible que hubiera ganadores y perdedores absolutos.

Recomiendo al lector hacer la prueba de jugar al Monopoly cambiando las reglas, de forma sencilla:

  1. Medidas antimonopolio:
    1. Ningún jugador puede adquirir más de una propiedad del mismo color.
    2. Una vez adquirida una propiedad, puede empezar a construir casas (una cada vez que caída en esa casilla).
  2. En caso de falta de liquidez, podemos entregar nuestras propiedades a la caja, y recuperar el dinero invertido.
  3. Dos jugadores no pueden aliarse contra un tercero; cada cual ha de hacer su juego.
  4. El resto de reglas iguales que en el Monopoly estándar.

Si se realizan estos cambios en las reglas, podemos concluir que la situación al final del juego será:

  • Nadie ha ganado de forma absoluta, y nadie ha quebrado (con alguna excepción de desastrosa mala suerte).
  • La riqueza sobre el tablero ha ido in crescendo durante todo el juego.
  • El dinero se mueve más rápido según transcurre el juego. Hay más riqueza sobre la mesa.
  • Transcurridas unas cuantas horas, se crea un espíritu colaborativo en el juego. La competitividad extrema del Monopoly tradicional se ve reemplazada por un buen ambiente de cooperación entre jugadores.

Una historia muy significativa sobre el mundo en el que vivimos.  La conclusión es clara: otro mundo y otra economía es posible. Tan solo es necesario cambiar las reglas, prohibir los monopolios, y promover un Libre Mercado Real. Si no se hace, si los que dictan las reglas no lo hacen, es porque los gobiernos están al servicio de los monopolistas.

Fuente: http://freebeacon.com/culture/the-secret-history-of-monopoly/

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